Brownie doble

Sí, Ramona es una golosa y le encanta el chocolate. Este brownie ha cosechado muchos aplausos (no tantos como el de la boda de mi algabeña preferida) cada vez que lo he horneado y compartido con amigos, así que si queréis marcaros un postre fácil de hacer, chocolateado y contundente, este es el vuestro.

Ingredientes:

400 gramos de chocolate para postres

250 gramos de mantequilla

6 huevos

400 gramos de azúcar moreno

250 gramos de harina

Un par de puñados de nueces

Una pizca de azúcar

Mientras ponemos en un cazo el chocolate con la mantequilla para que se vayan derritiendo, batimos muy bien los huevos con una pizca de azúcar. Cuando el chocolate esté líquido, lo apartamos y dejamos que se enfríe un poco.

Añadimos a los huevos el azúcar y le damos caña hasta que esté bien mezclado y podemos poner ya el horno, a 180º. A continuación, añadimos la harina y repetimos la operación. Si el chocolate está ya templado, lo añadimos y le volvemos a dar un buen meneo para que se mezclen todos los ingredientes. Por último, adjuntamos a la mezcla las nueces troceaditas y movemos bien para que se repartan por toda la masa. Pintamos un molde con aceite de oliva o mantequilla y vertemos la mezcla en el él. Para el brownie se suelen usar moldes cuadrados o rectangulares, para luego cortarlo en cuadrados. Con 20 minutos de horno es suficiente para que se quede crujiente por fuera y tierno por dentro, pero esto es a gusto del cocinero.

Sugerencia: Brownie aún caliente + helado de vainilla = Delicia.

Nota: Si no queréis hacer un brownie tan grande, se pueden reducir a la mitad las cantidades de todos los ingredientes, que es la receta original. Ramona la duplicó en esta ocasión porque era para festejar dos cumples.

Foto: Paula

Texto: Paula

Magdalenas de calabacín, zanahoria y queso

Sí, lo sé, con este calor no apetece nada encender el horno. Pero Ramona no pudo resistirse a versionar la receta de nuestra inspiradora y amiga querida María. Magdalenas saladas, claro que sí. Y con calabacín, ¡no sabéis lo esponjosas que quedan! Y si además son para festejar dos cumples a orillas del Atlántico, merece la pena pasar un rato de calor.

Ingredientes para dos docenas (depende de los moldes y papeles que uséis):

1 calabacín y ½

4 zanahorias

3 huevos

350 gramos de harina

75 mililitros de aceite de oliva

75 mililitros de leche

1 sobre de levadura

2 cucharaditas de sal

50 gramos (aprox.) de queso, del Payoyo, por ejemplo

1 puñado (o dos) generoso de albahaca

Lavamos bien los calabacines, los pelamos y los cortamos lo más pequeñitos posible. Si disponemos de un aparato potente para picar, podemos ahorrarnos el picarlos a tope. Hacemos lo mismo con las zanahorias y reservamos las verduras.

En un bol grande, batimos los huevos con una pizca de sal, añadimos el aceite y la leche y mezclamos bien. A continuación, adjuntamos a la mezcla la harina con la levadura y las dos cucharaditas de sal. Si la mezcla se pone muy dura y poco manejable, no os preocupéis, al añadir las verduras y darle caña a toda la masa con la batidora, la cosa cambia. Por último, añadimos la albahaca bien lavada y el queso rallado o en trocitos y mezclamos muy bien.

Es momento de encender el horno e ir rellenando las ¾ partes de los moldes. Se aconseja usar papeles de magdalenas o moldes de silicona, porque el queso se pega mucho en los moldes. Una vez llenos los moldes, introducimos la bandeja del horno y lo dejamos a 180º durante unos 20 minutos. Pinchamos para comprobar que están hechas y ya tenemos unas magdalenas vegetales listas para degustar.

Los amigos que se zamparon las magdas de Ramona le sugirieron que un toque de cebolla les sentaría muy bien, así que si lo probáis, contádnoslo. ¡A cocinar!

Foto: Paula

Texto: Paula

Mousse de chocolate

El postre preferido de esta media Ramona desde que soy capaz de recordar es la mousse de chocolate de nuestra abuela materna. El trío de ases de los postres de mi abuela eran las natillas con galletas y virutas de chocolate, el arroz con leche y la mousse; nada me hacía más feliz al llegar a su casa y abrir la nevera para descubrir que ese domingo tocaba mousse. He de confesar que aún no he conseguido el punto que le daba mi abuela a la mousse, pero el resultado se acerca bastante.

Ingredientes:

425 gramos de chocolate para postres

2 cucharadas de leche

4 huevos

4 cucharadas de azúcar

Una pizca de sal

Comenzamos poniendo el chocolate con la leche al baño María para que se derrita y cuando esté listo, lo apartamos del fuego y dejamos que se enfríe. Mientras, separamos las yemas de las claras y batimos bien las yemas, que añadiremos al chocolate cuando ya esté frío. A continuación, le damos caña a las claras, con una pizquita de sal y añadiendo poco a poco el azúcar hasta que estén a punto de nieve. Es importante elegir bien el recipiente donde montaremos las claras, porque será este en el que prepararemos las mousse, mejor uno redondo y curvado, para que sea más sencillo montarlas. Cuando más montadas estén, más esponjosa quedará la mousse, así que hay que ejercitar bien esos brazos.

Una vez que tengamos las yemas mezcladas con el chocolate y las claras a punto de nieve, iremos añadiendo poco a poco el chocolate en el bol donde están las claras, combinándolas poco a poco con una pala de madera o una lengua de silicona haciendo círculos de abajo hacia arriba, despacito. Cuanto mejor lo hagamos, menos se bajarán las claras y menos aire se nos escapará, así que hay que tener un poquito de paciencia y delicadeza. Cuando tengamos lista nuestra mousse, la dejamos reposar en el frigorífico un par de horas y la servimos bien fría.

Se recomienda tomar acompañada de una sobremesa agradable y llena de risas, sabrá mucho más rica. Gracias a nuestra abuela por endulzarnos la infancia con esta delicia.

Foto: Paula

Texto: Paula

Ganador del sorteo del segundo cumple de Ramona

¿Estabais todos nerviositos perdidos, eh? Pues esta mañana hemos efectuado el sorteo para el ganador del fabuloso delantal y el premio es para… ¡AURIMOY REZ! Enhorabuena, amigo, gracias por seguirnos y esperamos que disfrutes de tu regalo. ¡Pégate unos bailones salsones con el delantal! Y sobre todo, sigue cocinando mucho y mandándonos tus creaciones, un abrazo. Ramona se tomará una a tu salud para festejar su cumple.

Y a los demás, esperamos que sigáis contribuyendo al crecimiento de nuestro blog. Recordad que podéis usar el e-mail del blog para mandarnos vuestras fotos, sugerencias, quejas, dudas o lo que os apetezca. Gracias a todos, Ramona no cabe en sí de gozo, esperamos que el año que viene podamos festejar juntos y seamos muchos más.

Texto: Ramón

Imagen: Paula

Segundo cumpleaños de Ramona

Queridos amiguetes: nuestra cocinillas preferida, Ramona, cumple en breve dos añitos (¡cómo pasa el tiempo!). Como bien sabéis, ella es muy generosa, y en su cumpleaños le gusta agasajar a sus seguidores, o sea, a vosotros.

En esta ocasión especial, repetimos la jugada del año pasado, pero con un nuevo presente: El fantástico delantal de ¿tú qué vas a comer hoy? Si quieres hacerte con esta pieza de coleccionista, solo tienes que escribir un comentario en este post antes del día 15 de mayo a las 12 de la noche. Pasado este tiempo procederemos al sorteo a través de random.org y anunciaremos el ganador el 16 de mayo, día del cumple de Ramona.

¡Suerte y felicidades anticipadas a Ramona!

Hamburguesas de lentejas

Ramona, como buen espíritu inquieto, anda siempre ojo avizor a la caza de buenas ideacas para sus platos. Desde hace algún tiempo rondaba por su cabeza la idea de las hamburguesas vegetarianas, así que el otro día, después de bichear un poco en la red de redes, se colocó su mandil y se puso manos a la obra. El resultado es notable, tanto si no os va la carne, como posible idea para cocinar lentejas más allá del consabido guiso. Se aconseja consumirlas con algún tipo de salsilla, Ramona les dió caña con la mayonesa y una ensalada de espinaca y le supo a gloria.

Para hacer cuatro hamburguesas de buen tamaño necesitaremos:

300 gramos de lentejas

Unas cuantas hojas de salvia

Pan rallado

Un par de huevos

100 gramos de queso parmesano

Sal

Pimienta

Aceite de oliva

El primer paso será poner a hervir las lentejas con la salvia unos 25 o 30 minutos, hasta que las legumbres se pongan un poco blandas. Dependiendo del tipo de lentejas que utilicéis habrá que ponerlas en remojo un día antes o no. Una vez cocidas, las escurrimos y las pasamos por la batidora con un chorreón de aceite, sal, pimienta y la salvia.

Hecho esto, lo colocamos en un recipiente tipo ensaladera para poder trabajar la masa, y vamos añadiendo de una en una cucharaditas de pan rallado, hasta que la masa tenga una consistencia decente, entonces añadimos los huevos y el queso y la trabajamos un poco más de manera que quede homogénea. Pasamos por la sartén unos cuatro minutillos por cada lado a fuego medio para que se dore y voilà, tendremos listas unas estupendas hamburguesas vegetarianas. ¡A gozarlas como lo hizo Ramona!

Foto: Eleanor

Texto: Ramón

Magdalenas de fresas

¡Ya están aquí las fresas! Ramona se vino muy arriba al verlas en el mercado por primera vez y no pudo resistirse a comprar una caja y, como siempre le pasa, estaban muy maduras y parecía que iban a ponerse malas en seguida. Entonces, además de tomarlas con zumo de naranja o con azúcar, se decidió a incluirlas en unas magdalenas para probar, ¡salieron buenísimas!

Ingredientes para 21 magdalenas en moldes de flan:

3 huevos

350 gramos de harina, 200 de centeno y el resto de trigo

250 gramos de azúcar moreno

75 mililitros de aceite de oliva

75 mililitros de leche

1 sobre de levadura

250 gramos de fresas

Zumo de un limón

Zumo de una naranja

2 cucharadas de mermelada de fresas casera (gracias Lola, es la mermelada más rica que he probado)

Elegimos un bol grande donde nos quepan todos los ingredientes y podamos mezclaros bien. Lo primero es batir los huevos, con una pizquita de sal (la abuela de Ramona siempre le pone un poco a los bizcochos y dulces en general). A los huevos añadimos el azúcar y movemos muy bien para que se mezclen en condiciones. A continuación, sumamos a la mezcla el aceite, repetimos el proceso y añadimos la leche. Cuando esté la masa bien homogénea, incluimos la harina con la levadura. Si no queremos que nos queden grumos, podemos pasarle la batidora para que quede más fina. Por último, vertemos el zumo de la naranja y el limón y las fresas cortadas en trocitos pequeños, cuanto más pequeños sean, mejor se distribuirán en la masa y la mermelada, para que potencie el sabor a fresa.

Mientras vamos rellenando los papeles de magdalenas dentro de los recipientes de flan (para que no se nos abran y queden deformes), ponemos a calentar el horno a 180º. Estas magdalenas no subieron mucho, por lo que se pueden llenar los papeles casi enteros sin temor a que se desborden. Con 15 minutos de horno están hechas, pero siempre podéis utilizar el truco de pincharlas y si sale limpio el pincho, es que están.

No lo dudéis, son unas magdalenas muy ganadoras que alegrarán vuestros desayunos y meriendas.

Foto: Paula

Texto: Paula

Solomillo Wellington

Ramona os trae una versión del archiconocido solomillo Wellington: el solomillo del que disponía para cocinar era de cerdo, en lugar de ternera y el paté es de champiñones en vez de pato. Delantales colocados y cocina limpia, ¡¡allá vamos!!

Ingredientes para un solomillo de tamaño medio:

Una plancha de hojaldre, mejor rectangular

400 gramos de champiñones

8 lonchas de jamón serrano

Mostaza en grano

1 huevo

Sal

Pimienta

Aceite de oliva

Esta es la típica receta que hay que hacer varias veces para cogerle el punto, porque para que nos quede un solomillo compacto, que no se deshaga el hojaldre y la carne se haga en su punto, hay que tener experiencia en los fogones y mucha paciencia. La primera vez que Ramona lo intentó salió regular, pero el resultado del segundo intento fue muy aplaudido por los que se lo zamparon.

Lo primero son los champiñones: lavarlos muy bien y picarlos finísimos hasta que queden hechos una pasta que, salpimentada, pasaremos unos minutos por la sartén con unas gotas de aceite para que pierdan el agua. Una vez listos, reservamos. Ahora es el turno del solomillo, un poquito de sal y de pimienta y a pasarlo por la sartén unos minutos vuelta y vuelta para que se selle la carne. Si el solomillo es muy largo, podéis cortarlo por la mitad y hacerlo en dos trozos, aunque esto hará que haya que repetir el proceso de envolverlo que es el que tiene más tarea… Una vez sellado, lo dejamos enfriar un poco y lo pintamos con mostaza.

A continuación, colocamos un trozo bastante grande de film transparente sobre la superficie elegida (hay que tener en cuenta que con él tendremos que envolver el solomillo). Sobre el film, disponemos las lonchas de jamón, de forma que estas puedan luego recubrir la carne. Sobre el jamón, extendemos el paté de champiñones y encima, colocamos el solomillo. El paso siguiente consiste en envolver muy bien la carne, de manera que nos quede un paquete apretadito, son la capa de film transparente, que más tarde quitaremos en el exterior. Se recomienda dejar unos 15 minutos en la nevera, para que tome la forma.

Ánimo, que ya solo queda un paso. Precalentamos el horno a 180º y extendemos el hojaldre, sobre el que colocaremos la carne después de haberle quitado el film. Envolvemos la carne con el hojaldre cuidadosamente, usando el huevo batido para ayudarnos a cerrarlo por los extremos para que quede sellado el paquete y cortaremos el hojaldre sobrante. Ramona lo colocó en una fuente de cristal para meterlo en el horno y se le pegó un poco por abajo, así que es mejor pintarlo con un poco de aceite. Con el cierre hacia abajo, colocamos el solomillo en la fuente, pintamos con huevo la parte de arriba y lo metemos al horno. Con 35 minutos a 180º grados debería ser suficiente para que la carne quede tierna, pero ya sabemos que cada horno es un mundo… Se trata de que el hojaldre se dore sin quemarse y la carne se haga en su punto, la dificultad reside en que la carne no la ves y tendrás que usar poderes adivinatorios para saber si está hecha o, cortar una rodaja para ver el estado del solomillo. Éxito total, buenísimo.

Foto: Paula

Texto: Paula

Crema de champiñones

En vista de que el tiempo empieza a mejorar, Ramona está apurando sus últimas recetas invernales. En esta ocasión se ha sacado de la manga una crema más que notable que hará las delicias de los amantes de los champiñones, y si además le añadís unos buenos picatostes, la combinación es galáctica. Además, esta crema es polifacética y si os sobra la podéis transformar fácilmente en una salsa para la carne o para la pasta. ¿Qué más se le puede pedir a una crema?

Para elaborar crema para cuatro comensales necesitaremos:

1 kilo de champiñones

1/2 zanahoria

1 huevo

Leche

1 patata pequeña

1/4 de cebolla

Maizena

Mantequilla

Perejil

Aceite de oliva

Pimienta

Un chusco de pan

Para empezar lavaremos muy bien los champis, si vemos que la tierra no se le quita fácilmente podemos usar un poco de bicarbonato. Hecho esto, los cortamos a rodajas y los echamos en una olla con agua hirviendo (suficiente para que cubra la verdura) con la zanahoria, la cebolla y la patata. Mientras, elaboramos una bechamel usando la yema de un huevo, leche, mantequilla y añadiendo maizena hasta que se nos ponga espesita, hecho esto reservamos. Cuando estos ya estén blanditos quitamos un poco de agua de la cocción y los pasamos con la batidora al gusto (a Ramona le gustan los tropezones) añadiendo primero la bechamel y después la maizena necesaria para que no quede demasiado líquido (lo mejor es usar la técnica científica “ojo de buen cubero”). Cuando la consistencia sea la adecuada, corregimos de sal y añadimos la pimienta y el perejil y reservamos.

Mientras, cortamos el pan a cubitos y lo tostamos en la sartén con un buen chorreón de aceite. Servimos añadiendo al plato unos cuantos picatostes y a gozar con los champis. Buon appetito!

Foto: Eleanor

Texto: Ramón

Pie de limón

Nuestra querida e inspiradora amiga María acaba de volver de una estancia en Chile y rápidamente nos ha puesto al día de los deleites culinarios con los que se ha encontrado en su viaje. Lo que más le ha gustado es esta versión de la Lemon pie inglesa que allá llaman Pie (léase pai) de limón y que media Ramona tuvo la suerte de preparar con ella hace unos días. Y sí, es una tarta exquisita para postres, desayunos y meriendas.

Ingredientes para un molde de quiche de 30 cm (es decir, un tartazo):

Para la masa necesitaremos:

450 gramos de harina, usamos 300 gramos de harina de arroz y 150 de harina de trigo integral

2 yemas de huevo

150 gramos de azúcar moreno

Una pizca de sal

125 gramos de mantequilla

1/3 de un vaso de leche

Para la crema necesitaremos:

800 gramos de leche condensada

Zumo de 6 limones

Ralladura de dos limones

Para el merengue necesitaremos:

4 claras de huevo

6 cucharadas de azúcar glass

Empezaremos por la crema, que es bien sencilla de hacer, basta mezclar en un recipiente la ralladura del limón, el zumo y la leche condensada y mover bien. Al principio parecerá como que la mezcla se corta, pero no es así, es cuestión de seguir removiendo hasta que la crema sea homogénea. La dejaremos en la nevera mientras vamos con la masa.

La masa es quizás lo que más tarea tenga, pero a Ramona le encanta llenarse las manos de harina. En un bol grandecito vertemos toda la harina y la mantequilla cortada en trocitos pequeños, para que podamos trabajarla con las manos. Se trata de mezclar bien ambos ingredientes hasta que la harina quede hecha bolitas como si fuera para migas. A continuación, añadimos la pizca de sal, la leche, las yemas y el azúcar y volvemos a ponernos manos a la masa, hasta que nos quede una pasta elástica y manejable. Con un rodillo la estiraremos bien y la colocaremos en el molde elegido (como esta tarta no crece ni es muy alta, con uno de quiche queda estupenda). Una vez pintado el molde, si es que es de los que se pega, colocamos la masa en él y la pinchamos por toda la superficie para que no se infle. Con el horno precalentado la metemos unos 10 o 15 minutos a 180º, hasta que se haga la masa y luego la sacamos y la dejamos enfriar.

Para el merengue hay que batir las claras a punto de nieve (la abuela de Ramona le añade una pizca de sal a las claras antes de batirlas) e ir añadiendo el azúcar poco a poco. Esto lo haremos en el último momento, cuando tengamos las otras dos partes de la tarta listas, para que no se nos baje.

Ya sólo queda poner capa sobre capa, la crema sobre la masa y el merengue sobre esta, o bien, poner la crema en la masa y meterla al horno los 5 minutos que tardamos en montar el merengue, que se coloca en último lugar. Si queréis que os quede más bonita, podéis poner el merengue con una manga pastelera y hacer algún dibujo. Por último, metemos la tarta unos minutos en el horno para que el merengue se tueste y a enfriar a la nevera, que el frío le sienta muy bien.

Al rato de hacerla está buenísima, pero al día siguiente está requetebuenísima. Pon un pie de limón en tu vida, es una auténtica delicia de tarta.

Foto: Paula

Texto: Paula